Obnubilados por Pérez-Reverte

«En otro tiempo, en cada redacción de periódico, radio o telediario había un señor mayor, serio, silencioso, de aire respetable que se pasaba la jornada leyendo lo que otros escribían. De vez en cuando, alguien dejaba de teclear en esas viejas redacciones, iba hasta su mesa y le preguntaba, por ejemplo, si la palabra ‘onnubilado’ se escribía con n o con m antes de la segunda n. Y entonces el señor serio y silencioso, con la ceniza del cigarrillo cayéndole sobre las páginas mecanografiadas que tenía en las manos, alzaba la vista, lo miraba tres segundos, que al interrogador se le hacían eternos, antes de responder con hiriente paciencia: con n hijo mío, se escribe con n de analfabeto.

Ese señor serio y silencioso de la ceniza del cigarrillo era el corrector de estilo. Antes, como digo, había uno en cada medio informativo. Hoy ya no lo hay porque las empresas, incluido El Mundo, prefieren ahorrarse un sueldo. Ese personaje, indispensable, ya no está. Ya no existe en casi ningún medio y se nota. Ahora todos fían el asunto, o lo fiamos, al corrector de Word o de cómo se llame lo que cada cual utiliza para darle a la tecla y eso, a la hora de expresar las cosas en limpio y correcto castellano según las reglas ortográficas y gramaticales, es como confiarle a Robocop una operación de neurocirugía: es posible que salgas del quirófano pero a lo mejor te trae más cuenta no salir».

Palabras del discurso de Pérez-Reverte durante la celebración del XXX aniversario del periódico El Mundo.

https://www.elmundo.es/espana/2019/10/01/5d93ac67fdddffad598b4653.html

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